EL FANTASMA DE ISLA NEGRA

En Isla Negra el mar,
su embate de espuma rizada,
su reclamo en olas, su gritos,
su vaho salobre arrojado
contra un puñado de casas calladas,
silenciosas como muertas.

Nadie por las calles solas,
por las calles que el mar fragoroso
llena de húmedos ruidos,
sepulta con su peso insostenible,
hace retumbar con su estallido.

Pueblo litoral, mágico poblado
donde tus náufragos, Chile,
tus hijos ciegos en el exilio,
donde los sueños de tus poetas
desvarían tactando el vacío,
como sonámbulos de otro mundo.

¿De dónde viene la voz,
de dónde la lluvia del sur
que canta aquí su quejumbre,
su atroz poesía de sueños muertos?

No sólo el mar sus sonidos,
no sólo el trueno quebrado
de sus olas desbordadas:
¿de dónde la voz, madre,
delgada patria, de dónde
la lluvia austral, su gorjeo,
su reclamo gutural insistiendo?

No mientan las calles solas,
no mienta el mar con sus ruidos,
no mientan las casas dormidas:
una voz espesa canta,
una voz de violas rotas,
la lluvia del sur aquí anclada.

(De: Tus náufragos, Chile)